De peregrino a turista

La identidad sigue siendo el problema que fue a lo largo de toda la modernidad, lejos de desaparecer en la sociedad contemporánea, es, antes bien, reconstruida y redefinida…

[…] la identidad se convierte hoy en un juego libremente elegido, una representación teatral del yo, cuando uno cambia radicalmente de identidad a voluntad, puede correr el riesgo de perder el control»

Douglas Kellner en «De peregrino a turista, o una breve historia de la identidad»

Bauman presenta una metáfora en la que trata de explicar el problema moderno y posmoderno de la identidad, el problema moderno era cómo construirla y mantenerla estable, fija, el problema posmoderno es cómo evitar la estabilidad y mantener vigentes otras opciones.   

La identidad se incorporó a la mentalidad y la práctica modernas ataviada desde el inicio como una tarea individual.

La identidad, en la lectura, se presenta desde varias perspectivas:

El peregrino

Para el peregrino, la identidad se encuentra en otra parte, por lo que para encontrarla tiene que despojarse de sí mismo, eliminar todas aquellas influencias externas y mantenerse en blanco: peregrinar.

El paseante

Para el paseante, las personas son representaciones superficiales, por lo que, solamente se puede percibir la fachada. El paseante simplemente se conforma con lo que ve a primera vista, no hace juicios ni se preocupa por hacerlos ni por conocer a fondo a las personas.

El vagabundo

Para el vagabundo, no hay mejor camino que el no camino. El vagabundo se preocupa únicamente cuando se le presenta algún dilema y es entonces cuando decide hacia dponde dirigirse.

El turista

Para el turista la aventura no es aventura si no es segura.

La metáfora que presenta Bauman, desde mi perspectiva, quiere decir que la identidad de una organización está formada por todos aquellos factores que se encuentran en su contexto, a partir de las interacciones que se dan con otras organizaciones, a partir de cómo esas otras organizaciones perciben a ésta, simpre hay influencias externas. En ocasiones, las organizaciones se apropian de cualquiera de los cuatro personajes que el autor presenta en la lectura. 

La cultura como identidad y la identidad como cultura

En la lectura, Giménez presenta la relación que existe entre cultura e identidad en términos indisociables, es decir, son conceptos estrechamente interrelacionados, debido a que la primera función de la identidad es marcar fronteras entre un nosotros y los otros. Desde esta perspectiva, la identidad se puede concebir como la explicación de quienes somos y por qué somos.

En cuanto a la cultura, ésta se presenta como una red de significados que construimos a partir de experiencias dentro de nuestro contexto, pero no todos los significados que construimos pueden llamarse culturales, solamente aquellos que compartimos y que perduran en otros. Entonces, podemos entender el concepto de cultura como un conjunto de significados y realidades que la identidad pudo y supo crear a lo largo del tiempo, pero esto no significa que esos significados sean estáticos, por el contrario, pueden ser estables y persistentes pero tambien pueden ser modificados, pueden cambiar.

 

Giménez, Gilberto [2003]. La cultura como identidad y la identidad como cultura, UNAM, Instituto de Investigaciones Sociales, México.

Identidad

 

 

 identidad = ser en sí

equivalencia . igualdad . semejanza

 

Cuando hablamos de identidad nos estamos refiriendo a la representación de sí mismo, a todas aquellas características y rasgos únicos de un individuo o de un objeto.

A través de la identidad se proyectan imágenes de la realidad que generan en los individuos percepciones distintas de esas imágenes, desde esta perspectiva ¿qué es lo que se está percibiendo como realidad? , de la realidad sólo conocemos una parte por lo que cada una de esas imágenes que se proyectan son parte de una realidad.

 Desde el punto de vista social:  

Podemos definir al hombre como el único animal que puede decir ‘yo’, que puede tener conciencia de sí mismo como entidad independiente. El animal, por estar dentro de la naturaleza sin trascenderla, no tiene conciencia de sí mismo, no necesita un sentimiento de identidad. El hombre, apartado de la naturaleza, dotado de razón y de imaginación, necesita formarse concepto de sí mismo, necesita decir y sentir: ‘Yo soy yo’.

… El sentimiento de identidad del hombre se desarrolla en el proceso para salir de los ‘vínculos primarios’ que ligan al hombre con la madre y la naturaleza. El niño, que aún se siente identificado con la madre, todavía no puede decir ‘yo’, ni lo necesita para nada. Únicamente después de concebir el mundo exterior como cosa separada e independiente de sí mismo, adquiere la conciencia de sí como der diferente, y una de las últimas palabras que aprende a usar es ‘yo’, con referencia a sí mismo.

Erich Fromm

 

Reconocimiento + Comprensión + Usabilidad = Significación